*Por Voces en Libertad
La activista de derechos humanos hace un llamado urgente a que todos los sectores de la oposición permanezcan unidos frente a la dictadura y así lograr la liberación de los presos políticos.
María Haydee Castillo creció en Ocotal. Un pueblo cercano a la frontera con Honduras, en el departamento de Nueva Segovia. Ella conoce bien los horrores de vivir en dictadura. Luchó desde los 13 años contra las barbaridades cometidas por Somoza y apoyó la lucha que acabó por derrocarlo.
Hoy no puede evitar “el sentimiento de traición” que le genera el comportamiento de Daniel Ortega y su cúpula, “un supuesto revolucionario convertido en la dictadura que combatió”.
Feminista y luchadora incansable por los derechos de los más desfavorecidos, Castillo ayudó a fundar el Instituto de Liderazgos de Las Segovias (ILLS), cuya misión era la de “construir liderazgos para una sociedad más humana y resarcir el daño a la madre tierra”.
Este organismo fue confiscado por el Estado y despojado ilegalmente de su personería jurídica en 2018, en represalia por las denuncias que hizo Castillo sobre las graves violaciones cometidas por el régimen en materia de derechos humanos ante la OEA, la ONU y otros espacios internacionales.
Actualmente, coordina acciones desde el exilio junto a la diáspora nicaragüense.
Algunos sectores de la oposición han dicho que no quieren un diálogo con Daniel Ortega, ¿con quién estarían dispuestos a negociar si no es con él?
Yo no puedo hablar en nombre de la oposición nicaragüense. Lo que sí puedo decir es que yo he hecho una propuesta en el sentido de que no se puede ir a la saga, ni respondiendo a cada propuesta que Ortega hace. Es necesario por la urgencia de liberar a los presos políticos y recuperar las libertades en Nicaragua, que antes de hablar de negociación con cualquier actor externo, lo que urge es un diálogo entre todos los actores de la oposición y las fuerzas azul y blanco.
Primero debemos ponernos de acuerdo en cuál es la propuesta, cuál es la estrategia para liberar a los presos. Ya después se puede decidir cuál es la pertinencia de los siguientes pasos a dar para lograr su liberación. Pero asistir en este momento, dispersos, sin un consenso, sin una estrategia unificada a un diálogo con la dictadura es volver a legitimar un régimen que el 7 de noviembre perdió todo el respaldo de la población y que la asamblea general de la OEA también declaró ilegítimo. No puede haber vuelta atrás.
¿Qué mecanismos de presión están implementando para hacer que Ortega libere a los presos políticos?
Desde el exilio, la diáspora y diversas organizaciones estamos haciendo una multiplicidad de acciones por la liberación de las presas y los presos políticos. En este momento se está impulsando la gran campaña “Navidad sin presos políticos”, que no se logra solo con decir una frase, sino articulando acciones.
Parte de nuestra incidencia fue lograr que la OEA declarara ilegítima esa farsa electoral fue una acción concreta para avanzar en la liberación de los presos. El hecho de que nos hayamos unido todos para hacer la campaña por la ilegitimidad, suma.
La audiencia que hicimos ante el parlamento europeo con la subcomisión de derechos humanos poniendo paso por paso cómo se le debe de quitar oxígeno económico, político y diplomático al régimen es parte de este proceso de las acciones de liberación de los presos.
Sin embargo, para mí lo más importante en este momento es lograr esa concertación de todas las fuerzas opositoras en una sola voz, en una sola acción común, para que la comunidad internacional identifique cuál es ese interlocutor válido, para que le devuelva la esperanza a Nicaragua. Dispersos, cada quien por su lado con una propuesta, así no vamos a liberar a los presos políticos.
En los últimos días varios miembros de la Alianza Cívica denunciaron que habían sido despedidos de la organización arbitrariamente, ¿cree que eso perjudicará la acción conjunta de la oposición?
Yo no tengo un criterio sobre quién tiene la razón, ni soy quien para juzgar. Lo que sí puedo decir es que toda acción de un actor ya sea por falta de transparencia, ya sea por competir en vez de cooperar, ya sea por asumir una posición pragmática resignada, ya sea por una cultura política de la descalificación o que no se aceptan críticas a lo interno de los espacios, toda esa cultura política contribuye a mantener al régimen en el lugar en que está.
Este es momento en que los actores azul y blanco trabajemos con honradez, con transparencia, con una escucha activa, escuchar las críticas y las autocríticas, pero también sancionar los comportamientos que no van alineados con la ética política que debemos de tener como actores ejemplares.
¿Cree que la demanda de la comunidad internacional sobre la realización de nuevas elecciones obligue a la dictadura a dimitir?
No creo. La filosofía del régimen es o permanezco en el poder, o desaparezco todo lo que va en contra mía. No es con una declaración, con una resolución que el régimen va a dimitir, es el conjunto de acciones articuladas de la oposición nicaragüense dentro y fuera de Nicaragua, con una sola estrategia, con un acuerdo nacional entre todos y no para más discursos y más retórica, sino para hacer acciones de presión.
Quitarle el oxígeno económico que sostiene ese tendido dinástico y de represión. Quitarle el apoyo diplomático y político que aún le queda. Discutir seriamente con la arquitectura financiera, para evitar lo que pasó con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que sigue oxigenando al régimen, mantener la solidaridad con los familiares de los presos políticos, mantener comunicación con los trabajadores del Estado que están inconformes.
Lo que se necesita es un acuerdo nacional para lograr la salida de la dictadura con acciones concertadas. La (presión de la) comunidad internacional es apenas una contribución en todo ese entramado de acciones que tenemos que hacer.
Bajar una dictadura no es algo fácil, ni va a renunciar por su propia voluntad. La historia nos lo ha enseñado. Son acciones contundentes y tenemos que ser creativos en este momento para buscar un cambio. Cada nicaragüense que quiere un cambio tiene que hacer su aporte. No esperar, ni delegar la ciudadanía. Es una corresponsabilidad colectiva.
¿A qué atribuye que el gobierno viole constantemente los derechos humanos de los presos políticos?
El régimen mantiene en aislamiento y bajo tortura sicológica a las presas y presos políticos, ¿por qué? Porque el régimen le teme a toda persona que tiene autodeterminación, que conoce sus derechos, que lucha por las libertades, el régimen los considera enemigos. Nosotros sabemos que son inocentes y por eso es urgente este gran acuerdo nacional, para poder liberarlos de las garras de la dictadura.