La periodista Abigail Hernández de la plataforma Galería News junto al fotorreportero Óscar Navarrete documentaron la grave situación de sequía y contaminación en la que se encuentra el Río Coco de Nicaragua, que contradictoriamente fue declarado como “geoparque mundial” por la UNESCO en julio de 2020, y cuyas poblaciones aledañas no tienen otra opción que beber de sus aguas contaminadas con heces fecales.
El Río Coco, ubicado al norte de Nicaragua sobre una cadena montañosa, se considera el río más largo de Centroamérica con 680 kilómetros y una cuenca de 24,767 km². Hernández y Navarrete junto a la periodista Elizabeth Romero de Obrera de la tecla realizaron un reportaje titulado “Coco, un grito de auxilio”, en el que afirman que este “se ahoga” debido al despale de su cuenca, la extracción del agua para las actividades agropecuarias y la contaminación, sin que ninguna autoridad ambiental nicaragüense haga lo suficiente para salvarlo.
El equipo periodístico recorrió parte de la ribera del río Tapacalí, uno de sus nacientes, y de otros afluentes en la Cordillera de Dipilto y Jalapa. “El panorama es aterrador, el despale está a simple vista y los motores succionan el agua del río para regar plantíos de tabaco, café y hortalizas”, dice parte del reporte.
En entrevista con La Mesa Redonda, Abigail Hernández, sostuvo que se encontraron con personas que desconocían que el Río Coco fue declarado un “geoparque”.
“Cómo es nombrado ‘geoparque’ (el Río Coco) cuando tiene una realidad de saqueo indiscriminado que está afectando a los ríos, quebradas y afluentes hídricos que lo alimentan. Pero que además, las comunidades que los circundan y viven en las riberas del río están prácticamente viviendo en una pobreza extrema, sufriendo serios problemas de salud por la contaminación de las aguas”, dijo Hernández.
La periodista destacó que más de 40 comunidades toman agua contaminada y que ya tampoco los pozos son viables porque son insostenibles, además que sus aguas son también utilizadas para los cultivos.
EL fotorreportero Navarrete, califica de “impactante” la situación del Río Coco, señalando que en la zona de Tapacalí que es donde nace el Río Coco, “ahora lo que hay es piedra, tierra, basura y aguas estancadas, lodo. Al Río Coco le quedan diez años de vida, si no se toman las medidas para salvarlo”, advirtió.
“Todas estas comunidades prácticamente beben agua contaminada. Literalmente se están bebiendo sus propias heces”, afirmó Navarrete, quien agregó que ahora en la zona de pinares se ven “grandes extensiones arrasadas”.
El reporte periodístico apunta que al Río Coco, que se forma de la confluencia de los ríos Comalí, en la localidad hondureña de San Marcos de Colón y Tapacalí en el municipio de San José de Cusmapa, departamento de Madriz en Nicaragua, le quedan unos diez años de vida sino se toman las medidas para salvarlo, según ambientalistas nicaragüenses.
En Nueva Segovia, particularmente en Jalapa, las quebradas y riachuelos que alimentan al Río Coco languidecen poco a poco, parecen viejos caminos arenosos y empedrados.
El Grupo Ambientalista Mogotón ha denunciado que, las autoridades ambientales nicaragüenses, en vez de atender esta problemática han facilitado el despale al suspender la veda y dar paso a planes de manejo forestal para el aprovechamiento de los pinares, señala el reportaje.
En mayo de 2019, Agustín Moreira, del Observatorio de Fenómenos Naturales (OFENA) señaló que, el 90% de la ribera del río Coco estaba destruida y solo fluía el 10% del caudal. Ese mismo año, Jaime Incer Barquero, científico y ambientalista nicaragüense, denunció que las quemas, el despale y la destrucción de los pinares en Nueva Segovia y Madriz estaban provocando la sequía del Río Coco.
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*Fotos: Óscar Navarrete