Lizeth Dávila, madre del adolescente asesinado Alvarito Conrado y miembro de la Asociación Madres de Abril (AMA), participó este lunes en una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Suiza, para demandar justicia y reparación por las 355 víctimas mortales de la represión orteguista en Nicaragua.
“Continuamos con nuestra lucha incansable por el respeto a los derechos humanos y a la justicia sin impunidad que nuestros hijos y familiares merecen. Son 355 víctimas mortales que dejó la represión estatal en el año 2018. Reiteramos nuestro llamado a que se continúe escuchando nuestra demanda de justicia y reparación”, dijo Dávila en su intervención.
Entre esas 355 víctimas documentadas por la CIDH, se encuentra Álvaro Conrado, un adolescente de 15 años que fue asesinado el 20 de abril de 2018 cuando ayudaba llevando agua a los estudiantes atrincherados en la Universidad de Ingeniería (UNI). Fue alcanzado por un francotirador ubicado en el Estadio Nacional de Beisbol.
Dávila quien fue obligada al destierro por la dictadura Ortega-Murillo, sostuvo que “no se puede normalizar la crisis sociopolítica y de derechos humanos que aún vivimos en Nicaragua”.
“Necesitamos el apoyo de la comunidad internacional para llamar al Estado de Nicaragua a cumplir los Convenios y Tratados en derechos humanos. En Nicaragua no hay ningún tipo de libertad, vivimos una crisis migratoria sin precedentes, obligando a un 12% de la población a un exilio forzado y la falta de acceso a la justicia es inminente”, denunció.
La madre de abril agregó que “el destierro ha sido una realidad y el derecho a la vida ha sido una constante desde que nos arrebataron la vida de nuestros hijos”.
También denunció que en las cárceles de Nicaragua “tenemos a más de 100 personas privadas de libertad, dentro de ellas familiares de víctimas mortales, la cual demandamos su libertad”.
“La Asociación Madres de Abril insta al Consejo de Derechos Humanos a que sigan realizando las investigaciones exhaustivas sobre el asesinato de las víctimas que ha dejado el gobierno de Nicaragua como medida de represión”, concluyó Lizeth Dávila.