En una entrevista al periodista y excarcelado político Miguel Mendoza, becario del Programa de Becas para la Democracia de Nicaragua, habló sobre las historias de éxito de nicaragüenses en el exilio que ha recopilado, así como su visión sobre el éxito y el futuro de la democratización en Nicaragua.
Mendoza, quien ha estado documentando las vidas de aquellos que han encontrado nuevas oportunidades en el extranjero, ofreció una perspectiva valiosa sobre cómo el éxito se redefine en contextos difíciles y cómo estos éxitos pueden influir en el futuro de su país natal.
Definiendo el éxito
Para Mendoza, el éxito no se limita a los logros económicos. “El éxito es encaminar tu vida en lo que te gusta, en lo que te apasiona, en lo que te encanta, en lo que te da tranquilidad”, explicó.
Según él, muchas veces se asocia el éxito únicamente con el aspecto económico, pero el verdadero éxito radica en sentirse realizado y satisfecho con lo que se hace.
Mendoza destacó que en su trabajo ha estado expuesto a historias de éxito que van más allá de la prosperidad material.
“Ya estamos cansados de estar escuchando sufrimientos y los sufrimientos te angustian, te arrugan el corazón, te afectan te alteran el azúcar, te dan estrés. En cambio cuando estás leyendo historias de éxito, son ejemplos a seguir, y las historias exilio en Nicaragua no solo son fracasos; hay mucho éxito. Hay gente que les cambió la vida, rápidamente se pusieron de pie y siguieron adelante, y ahora tienen negocios, están estudiando, van para adelante, han sido contratados en grandes compañías y todos queremos copiar el éxito”, dijo.
Historias de perseverancia y superación
Mendoza detalló cómo la perseverancia es una característica común entre los testimonios que ha recopilado. “He encontrado perseverancia, he encontrado firmeza, he encontrado gente que tiene ideas, astucia, ser incansable como persona”, sostuvo, añadiendo que son individuos que no se rinden, que buscan oportunidades a pesar de las dificultades.
Uno de los ejemplos que compartió fue el de un académico nicaragüense que, tras ser empujado al exilio, ha avanzado hasta su segunda maestría en prestigiosas universidades. Destacó que son historias que demuestran que, aunque la vida cambie drásticamente, las oportunidades también pueden surgir en nuevos contextos.
“Esa formación que ahora se le apareció, no la hubiera conseguido allá en Nicaragua, porque su vida giró, hay una beca, termina una maestría, va con la otra. Vos lo escuchás hablar y es un analista de primera”, recalcó.
Otro caso notable es el de Germán García, un periodista deportivo que, tras enfrentar múltiples dificultades en el exilio, ahora trabaja en ESPN. Germán pasó de trabajar en empleos temporales a tener una posición destacada en una gran compañía. Su historia muestra cómo el éxito puede venir después de enfrentar grandes desafíos, explicó Mendoza.
“La historia de Germán es especial, vino (a EEUU), se quedó en el exilio, estaba trabajando de Uber, hizo valet parking, iba a comer al estadio de los Marlins porque no tenía para comer y con la credencial podía tirarse su golpecito gratis. Y de repente aplica (a ESPN), lo llaman, él tiene la ventaja de ser un muchacho estudioso, sabe inglés y lo contratan. Pasa de ganar un buen salario en La Prensa a ganar un salario tres veces mejor que el que tenía, y ahora tiene un apartamento. Está en la página en el sitio web de ESPN y es el asistente editor para Latinoamérica, quienes nos dedicamos al periodismo sabemos que ese un tronco de trabajo (…) Y si Germán se ha quedado allá (en Nicaragua) estuviera cubriendo el Pomares, estuviera viendo de que si va a pelear Juan Caldera con el picadito de Rosendo, pero aquí está entrevistando al Canelo, entrevista a Berlanga, entrevista a Pacquiao, o sea son otros niveles”, destacó.
El impacto en la democratización de Nicaragua
Al hablar sobre el impacto potencial de estos éxitos en la democratización de Nicaragua, Mendoza destacó que muchos exiliados podrían sentirse motivados a contribuir a un futuro democrático en su país.
“Algunos dicen que si van a regresar a Nicaragua, otros dicen que no”, comentó.
Mendoza hizo una analogía con el período post-revolucionario en Nicaragua, cuando muchos exiliados regresaron para contribuir a la democratización del país. Recordó que en la década de los 90, muchos que habían estudiado y prosperado en el exilio decidieron regresar para aportar a la democracia.
“Yo no tengo odio para nada”
El periodista concluyó con una reflexión personal sobre su propia definición de éxito y el camino por delante. “No sé si algún día voy a alcanzar el éxito, pero sí trabajo en lo que me encanta… con lo que Dios me manda estoy satisfecho”, afirmó Mendoza.
También subrayó la importancia de mantener una actitud positiva y sin odio hacia el pasado.
“Yo no tengo odio para nada, me jodieron la vida, me confiscaron, soy víctima de la dictadura; no soy adversario de los sapitos, ni siquiera de los dos grandes (Ortega y Murillo). No tengo nada en contra de alguien que sea simpatizante por la dictadura”, concluyó Mendoza, añadiendo que la misión es convencer a todos de que el lado correcto de la historia, es el que lucha por la justicia y la democracia.
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