Ana Quirós Víquez, del Centro de Información y Servicios de Salud (CISAS), presentó un análisis sobre la contribución de la comunidad nicaragüense al desarrollo económico y social de Costa Rica. En entrevista con La Mesa Redonda, Quirós Víquez destacó cómo los nicas han sido fundamentales en diversos sectores económicos; asimismo mostró los desafíos que enfrenta en términos de integración y reconocimiento.
Contribución significativa a la economía costarricense
De acuerdo con Quirós Víquez, aproximadamente 632,000 nicaragüenses residen en Costa Rica en diferentes condiciones migratorias, incluyendo solicitantes de refugio, residentes temporales y permanentes.
Esta población ha sido clave en la integración y expansión de la economía costarricense, especialmente en áreas donde la mano de obra local es escasa o inexistente.
“Los migrantes y especialmente los migrantes nicaragüenses que representan el 82% de toda la migración que está radicada en Costa Rica, tienen un aporte considerable. Costa Rica es un país receptor de población no nacida en Costa Rica o nacida en el extranjero y hablan de que es alrededor del 10% del total de la población en Costa Rica la que no nació en Costa Rica, y que la mayoría de esos son nicaragüenses”, destacó Quirós.
Sectores claves y aportes económicos
La presencia nicaragüense se hace evidente en sectores como la agricultura, la construcción, el servicio doméstico y la atención en restaurantes y hoteles.
Los estudios muestran que los nicaragüenses han sido cruciales en la agricultura, donde representan el 71% de la mano de obra en comparación con el 43% de los costarricenses.
En el sector de servicios, la proporción es similar, con una presencia significativa en el cuidado de hogares y la industria hotelera.
El aporte de los nicaragüenses al Producto Interno Bruto (PIB) de Costa Rica es considerable, con un impacto global del 6.5%, alcanzando hasta el 12% en sectores como la construcción y la agricultura.
Quirós Víquez subrayó que, a pesar de las contribuciones económicas, hay una percepción negativa hacia los migrantes, a menudo vistos como una carga.
Sin embargo, estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI), ACNUR y el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (UCR) demuestran lo contrario. Los migrantes no solo aportan más en impuestos y contribuciones que lo que reciben en servicios públicos, sino que también generan un superávit fiscal significativo, subrayó Quirós Víquez.
“Las autoridades costarricenses, especialmente el presidente ha hecho mucho énfasis en el costo que representa para el gobierno de Costa Rica la presencia de migrantes en este país; sin embargo de acuerdo a lo al estudio y a la información que nos da el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la UCR, los migrantes aportan más de los fondos que usan, y ese aporte mayor casi duplica lo que se gasta en los migrantes”, declaró.
“La población nicaragüense no solo aporta a la economía en general; sino que aporta con un superávit importante y lo justo sería que las instituciones públicas costarricenses invirtieran en la misma medida en la población nicaragüense sobre todo porque estamos hablando de población que vive principal ente en pobreza y extrema pobreza”, añadió.
Desafíos y barreras en la integración social
A pesar de su contribución económica, los nicaragüenses enfrentan importantes barreras para su integración social. La regularización migratoria es uno de los principales desafíos, con un rezago significativo en el procesamiento de solicitudes de refugio que afecta la calidad de vida y los derechos laborales de muchos migrantes.
Esta situación contribuye a la explotación laboral y a la discriminación, exacerbando las dificultades para acceder a servicios básicos y derechos fundamentales.
Además, la discriminación basada en el acento, el color de piel y la nacionalidad sigue siendo un problema. Quirós mencionó cómo ciertos prejuicios y estereotipos perpetúan la xenofobia, limitando las oportunidades de los nicaragüenses y afectando su bienestar general.
“Hablamos diferente y muchos compatriotas lo que hacen es que cambian el chip y cuando hablan con otra gente hablan en tico. Y si llegamos y les hablamos, nos empiezan a hablar en nica, porque eso se convierte en otra forma o en otro motivo de discriminación”, indicó.
El sociólogo Abelardo Bonilla, citado por Quirós, argumenta que Costa Rica depende de la mano de obra nicaragüense, especialmente en sectores que la población local ha dejado de considerar atractivos.
La pandemia evidenció la dependencia crítica de estos trabajadores nicas en la producción de alimentos esenciales como piña, arroz y café.
Quirós Víquez hizo un llamado a reconocer y valorar la contribución de los nicaragüenses en lugar de perpetuar mitos y estigmas. La población nicaragüense no solo complementa sino que también rejuvenece la fuerza laboral costarricense, contribuyendo al crecimiento demográfico y económico del país.
La comunidad nicaragüense, con sus aportes y desafíos, continúa siendo un componente esencial en el tejido económico y social de Costa Rica. A medida que el país navega por los retos de la migración y la integración, es imperativo que se reconozca el valor y la importancia de estos trabajadores en la construcción de un futuro más inclusivo y equitativo, señaló Ana Quirós Víquez.
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