Opinión / Ensayos · 30/08/2024

Populismos dictatoriales fracasando

Populismos dictatoriales fracasando

*José Dávila

Viendo a Nicaragua, Cuba y Venezuela como ejemplos latinoamericanos de regímenes dictatoriales, ineficaces, represivos y corruptos, producto del eslogan que hicieron creer a Hugo Chávez del “socialismo del siglo 21”, podemos decir que estos sistemas políticos están fracasando, y quizás para siempre.

Venezuela con el grave problema de Maduro de su contundente derrota electoral, que ahora trata de borrar con represión, cárcel y aplastar a los opositores, al mejor estilo del fascismo.

Ortega imponiendo una serie de leyes inverosímiles para reprimir y buscar encarcelar hasta el último opositor, buscando instalar una sucesión tiránica que no permita ni pensar, mucho menos permitir movimientos para buscar una democracia.

Y Cuba con una dictadura del partido comunista que cree ya haber “domesticado” al pueblo, ignorando que el espíritu de lucha está siempre ahí, con rebeliones calladas que reprimen y vuelven a aparecer ante la falta de comida, libertades y una vida digna de seres humanos.

Estas tres dictaduras populistas tienen en común que no han resuelto los problemas sociales de sus países, de justicia, de igualdad ante la ley, de salud, de vivienda, de inconformidad al ver que no hay desarrollo, empleo, educación, etc. y lo único que tienen son discursos demagógicos contra el capitalismo (de los demás), y contra los Estados Unidos (pero a favor de Rusia y China), más de eso no tienen nada, no tienen conceptos ni planes de desarrollo ni visiones para desarrollar las sociedades. Están en cero. Han fracasado como alternativa.

También tienen en común esos tres regímenes, que son apéndices del bloque mundial de dictaduras que encabeza la invasora Rusia neo zarista, la expansionista y comunista China, Corea del Norte, los terroristas de Irán, Siria, y otros que pretenden dominar la actual geopolítica, convertidos hoy en el refugio de estas dictaduras latinoamericanas para anclarse ahí, y autoprotegerse buscando impunidad.

Es el momento que la comunidad democrática internacional, sobre todos los países latinoamericanos y Estados Unidos sigan cerrando el círculo a estas tres dictaduras, seguirlas debilitando hasta un cambio a transiciones democráticas, o medidas de presión que restauren las democracias, y ayuden a las sociedades a sistemas de vida más aceptables.

La imposición del régimen cubano de un sistema sin libertades durante seis décadas y creer que la gente ya se acostumbró a no alimentarse pero sí a soportar una represión permanente; lo hecho por Ortega y Murillo en 2018, y en 2021, y  hasta hoy con inimaginables violaciones masivas a los derechos humanos cívicos de los ciudadanos; y Maduro con el robo delincuencial de julio de 2024 del triunfo de la oposición democrática, y la represión desatada  con apoyo policial, militar y del crimen organizado, son señales claras del fracaso del modelo populista como alternativa para nuestros países.

Y es un deber de los países democráticos en especial a nivel continental, preparar una estrategia para salir de esta lacra de sistemas políticos, y fomentar procesos de reconstrucción democrática que revivan la esperanza para estos pueblos a vivir en paz, con justicia, democracia y desarrollo.

A la par de estas acciones para superar estas dictaduras, debemos también prepararnos en América Latina a proyectar para las próximas décadas sistemas políticos democráticos, humanistas, pluralistas e inclusivos, que no sólo cierren los espacios que aprovecharon los sistemas mesiánicos para engañar con promesas de nuevas sociedades, sino sean la base para sistemas futuros basados en la justicia social, la participación de todos los sectores de la sociedad en la construcción democrática , la igualdad de oportunidades, una economía humana, y el desarrollo personal integral para cada ciudadano, sin exclusión alguna. Necesitamos de futuro mejores democracias para cerrar por siempre las puertas al autoritarismo, la demagogia y los populismos. 

30 de agosto de 2024.

José Dávila

Nicaragüense. Licenciado en Economía, con estudios de posgrado en desarrollo y planificación económica. Catedrático en la Universidad Thomas More, Managua, en Relaciones Internacionales y Diplomacia. Exembajador de Nicaragua en Alemania. Exdirector del INCEP, Guatemala.