En 2023, cinco países de Centro América -Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica- registraron 6 mil 879 muertes en accidentes de tránsito, encabezó la lista Guatemala, con 2,272 fatalidades, Honduras 1,820, El Salvador 1,256, Nicaragua 1,014 y Costa Rica con 517 fallecidos. Este grupo de países generaron en 2023, 132 mil accidentes viales, al desagregar esa cifra encontramos que Nicaragua, con el parque vehicular más pequeño (1.3 millones), acumuló poco más de 51 mil accidentes de tránsito (39% del total regional), mientras Guatemala con 5.3 millones de vehículos registró apenas un 9% del total de siniestros (12,163), Honduras con 2.9 millones de automotores y 14,500 accidentes (11%), El Salvador y Costa Rica con 1.8 millones de vehículos cada uno, tuvieron 18,463 (14%) y 35,800 accidentes (27%), respectivamente.
Los expertos indican que tanto la accidentalidad como las fatalidades, tienden a incrementarse en 2024, y una de las causas es el crecimiento del parque vehicular en general y del crecimiento exponencial del número de motocicletas, de 12.9 millones de vehículos en la región, el 43% son motocicletas. Las cifras son elocuentes, en Guatemala, el 54% de fatalidades se produjeron en motocicleta, Nicaragua 51%, Costa Rica 49% y El Salvador 39%. Nicaragua encabeza la lista con el mayor número de motocicletas en relación a su parque vehicular total, con un 57%, seguido de Honduras 49%, Guatemala 47%, El Salvador 33% y Costa Rica 21%.
La causalidad de los accidentes de tránsito es múltiple, y su crecimiento deriva en graves daños a la salud, lo que los convierte en un problema social y de salud pública que, para los países de la región, y en particular para Nicaragua, no parece proyectarse como parte de la agenda de políticas públicas destinadas a enfrentar adecuadamente el problema, de hecho, el enfoque estatal está dirigido a ampliar las capacidades viales del flujo vehicular y la velocidad de los mismos, a la vez que la seguridad de peatones y pasajeros de vehículos ocupa un lugar poco relevante en lo que a medidas de seguridad se refiere. La circulación de vehículos inseguros o carentes de dispositivos de seguridad, se magnifica con el vacío de leyes y normas, o la laxitud con que se aplican las mismas, lo cual no promueve un comportamiento seguro en la vía pública. A ello se añade la reducida importancia que se le da a la educación vial, la cual incluye la promoción de derechos y deberes, así como la enseñanza de normas de tránsito.
Nicaragua experimenta, además de los factores mencionados, otros agravantes que están estrechamente vinculados a la corrupción generalizada de la fuerza policial, así como al hecho de priorizar sus acciones como brazo represivo de la dictadura e instrumento recaudador de ingresos, a través de la aplicación indiscriminada de multas; se sabe que obtener una licencia de conducir es relativamente fácil a través del pago de coimas a la autoridad policial, y el hecho del crecimiento exponencial del número de efectivos policiales (126%), que pasó de 9 mil 290 agentes en 2007, a más de 21 mil en la actualidad, son muestra fehaciente de que su misión está alejada de la mejora de índices de seguridad ciudadana.
Septiembre 3, 2024
Ezequiel Molina
Profesor, geógrafo e investigador.