Para diferentes movimientos y sectores opositores al régimen de Daniel Ortega, el discurso que este dio la tarde de ayer domingo durante la celebración del 41 aniversario de la “revolución sandinista” fue “vacío” y demostró la preocupación de Ortega sobre las críticas por el mal manejo que le ha dado a la pandemia del coronavirus.
Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, opinó que el hecho que Ortega le haya dedicado tanto tiempo al tema del COVID-19 muestra su preocupación, pero que este ofreció “cifras falsas” sobre los casos de contagios y muertes por la enfermedad en Nicaragua.
“Ortega en su discurso mostró dos grandes preocupaciones. En primer lugar, las sanciones, las sanciones que le duelen; en segundo lugar, mostró mucha preocupación por el repudio de la población nicaragüense ante el mal manejo que la dictadura a hecho en relación al COVID-19. No es casualidad que le haya dedicado más de una hora al tema de la salud, porque sabe y está tratando de justificar todas esas muertes que ha sufrido el pueblo nicaragüense”, dijo Chamorro.
Para el opositor, el discurso de Ortega fue “trasnochado”, con los tintes de “antimperialismo”, y “con la intencionalidad de hacerse ver como víctima” ante las sanciones que sus familiares y allegados han sufrido por la comunidad internacional.
Chamorro insistió que las palabras de Ortega son “más de lo mismo, no dijo nada fundamental, no dijo más de lo que siempre ha dicho”.
Para Héctor Mairena, secretario de Relaciones Internacionales del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), el discurso de Ortega “fue vacío porque balbuceó mentiras, no dijo nada nuevo porque nada nuevo tiene que ofrecer a Nicaragua, no pueden ofrecer la solución porque son el problema”.
Mairena aseguró que el orteguismo padece una “crisis terminal”, lo que quedó demostrado con el empobrecido acto del domingo.
“Ayer el orteguismo celebró el más decadente y vacío 19 de julio de los últimos años, no solo porque no hubo el baño de masas que Ortega acostumbra a darse, lo cual es comprensible esta vez por la pandemia. El orteguismo ahora está en su punto más bajo desde 1990, tal y como lo confirman encuestas de prestigiadas firmas”, declaró.
“Aparecieron con mascarillas después de negaron que la pandemia era una realidad, aparecieron ellos Ortega y Murillo con mascarillas, porque a sus adeptos los mandan a organizar molotes en las ciudades y municipios del país, o a matar”, agregó.
Ortega, quien llevaba cinco meses en cuarentena junto a Murillo, llegó a la plaza frente al Palacio de la Cultura en Managua con otros funcionarios que también usaron tapabocas.
“Ortega está tan devaluado, que interesa más lo que no dice que lo que dice, porque todos sus discursos están plagados de mentiras y de intentos de manipular a ese cada vez más disminuido porcentaje de población que todavía se considera militante de su partido”, afirmó la integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Violeta Granera.