Opinión / Ensayos · 10/02/2021

Para luchar por el derecho al trabajo digno hace falta desmantelar el Estado corrupto actual

*Alternativa Anticapitalista

En Nicaragua los niveles de precarización y trabajo informal antes de la pandemia ya eran alarmantes. Entre marzo 2018 y Octubre del 2020, producto de la crisis de derechos humanos, política, socioeconómica y sanitaria +189 000 de trabajadoras y trabajadores entraron en el desempleo y/o la informalidad, sumándose al ejército de trabajadores sin trabajo que alcanza más del 70% de la Población económicamente activa -PEA-, compuesta principalmente por jóvenes.

La informalidad y precariedad laboral actual, son resultado del PACTO entre el FSLN y el Sector Privado, que co-gobiernan desde hace más de 1 década con el modelo de “diálogo, Alianza y Consenso”. Centrado en oprimir a la mayoría social en beneficio de la minoría económica, a través de leyes, decretos, sindicatos amañados, y exoneraciones a los grandes grupos del capital criollo y multinacional.

Frente al aumento de la pobreza, la carestía de la vida y resistiéndose a desterrarse como migrantes forzados la ciudadanía de “a pie”, se la rebuscan día a día, con el trabajo informal, para llevar alimento a las casas y en un nivel limitado garantizar las necesidades diarias para subsistir. Esta situación profundiza el recrudecimiento de la crisis, la carestía de la vida, falta de acceso a servicio de salud y educación de calidad, falta de alimentación saludable, la feminización de la pobreza y el aumento brutal de los casos de violencia machista. Es decir, que la crisis económica en contexto de pandemia y dictadura recrudece la negación total de los derechos humanos, y condena cada vez a más personas a vivir en la pobreza extrema o la miseria total.

En medio de este contexto es urgente alzar una mirada antisistema, para impulsar el paso hacia otro modelo social, sin explotación ni desigualdad, donde podamos realmente vivir sin violencias de ningún tipo. Está claro que el reformismo no es, ni será suficiente para cambiar de raíz las condiciones sociales, económicas y políticas de un país post guerra y en permanente dictadura, cuya política económica se basa en el modelo extractivista, el pacto entre cúpulas y el enriquecimiento ilícito a costa de la corrupción y la explotación capitalista hacia les trabajadores formales o informales.

Desde Alternativa Anticapitalista consideramos que una de las tareas pendientes es organizarnos desde abajo y construir una organización política combativa y con una política integral de clase. Por tanto, para luchar por el derecho al trabajo digno hace falta desmantelar el Estado corrupto actual, disolver el modelo de consenso con el poder económico, poner freno a la voracidad capitalista y la superexplotación laboral en todas sus formas. Debemos cuestionar los intereses de los grandes propietarios, las familias agroexportadoras y latifundios, la banca, la nueva burguesía, y recortar los subsidios estatales a las corporaciones transnacionales, sin excepción. El momento es ahora, apostemos por un cambio real y una mejoría para el 99% de la población.