La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, dijo este jueves que existe temor de una nueva profanación por parte de los orteguistas a las honras fúnebres del poeta Ernesto Cardenal, cuyas cenizas descansarán en un archipiélago del Gran Lago de Nicaragua a partir del fin de semana.
Núñez expresó temor luego de que la vicedictadora Rosario Murillo, anunció que un grupo de orteguistas está a la espera de los restos de Cardenal en el archipiélago de Solentiname, donde fundó una comunidad de artistas y artesanos con dedicación religiosa basada en la Teología de la Liberación.
El miércoles pasado un grupo de turbas orteguistas profanó la misa de Cardenal en la catedral de Managua y con acciones que incluyeron golpes y robo de equipos a cinco periodistas y un admirador del poeta, además de interrumpir la ceremonia.
ESPERA TEMIDA
“Tenemos miedo de que hagan algo todavía. Ya la Rosario anunció que allá su pueblo lo está esperando”, dijo a la agencia Efe Núñez, quien dio acompañamiento legal a Cardenal –fallecido el pasado domingo–, ante diversas acusaciones legales promovidas por el régimen Ortega-Murillo en las últimas décadas.
El pasado martes, Murillo, mencionó a Cardenal en su acostumbrada alocución y luego dijo que “los hermanos allá le esperan”, en referencia a fanáticos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
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“Esto se suma a la serie de profanaciones que este Gobierno ha venido (haciendo), acordate que el 2 de noviembre profanaron varias tumbas”, dijo la presidenta del Cenidh sobre los sepulcros de diferentes opositores que fueron destruidos por grupos orteguistas, el Día de los Muertos de 2019.
Núñez lamentó que Cardenal, quien en uno de sus últimos poemas llamó “loca” a Murillo y dijo que el país está “en manos de un presidente sin huevos”, después de muerto sigue siendo víctima del “odio personal” de Murillo y Ortega.
ODIO Y ENVIDIA
“Que un muerto se ande escondiendo… ¿me entendés? Lo que hicieron con el padre Cardenal trasciende la persecución política, es el odio personal, la envidia, la miseria, con que Murillo lo odió desde un principio, ella le tenía una envidia y un odio porque ella quería ser la ministra de cultura”, recordó Núñez.
Como ministro de Cultura, Cardenal siempre estuvo por encima de Murillo durante el primer mandato de Ortega, en los años de 1980.
La declaración de tres días de duelo nacional por el fallecimiento del poeta, por parte del régimen orteguista, fue tomada como un acto de “hipocresía”, por los allegados del sacerdote, especialmente cuando varias patrullas de policías asediaron la vela realizada en Managua.
PRESTIGIO UNIVERSAL
Cardenal, quien falleció el pasado domingo a los 95 años, era considerado el poeta vivo más prestigioso de Latinoamérica y sus obras habían sido traducidas a por lo menos 20 idiomas.
En vida, el autor de “Canto Cósmico”, “Hora cero” y “Oración por Marilyn Monroe y otros poemas” recibió el prestigioso Premio Reina Sofía de Poesía, el Premio Internacional Mario Benedetti y el Premio Pablo Neruda; y perteneció a la Legión de Honor en Grado de Oficial por el Gobierno de Francia.
Núñez insistió en que la persecución de Cardenal mientras estaba vivo y ahora, después de muerto, muestra que los niveles de irrespeto a los derechos humanos en Nicaragua son superiores a los de “cualquier otra dictadura de Latinoamérica”.