Destacados / Nacionales · 23/05/2024

“Hay una crisis en la sucesión de la dictadura”, dice opositor Juan Diego Barberena

Juan Diego Barberena, joven opositor miembro de la Concertación Democrática Nicaragüense – Monteverde, afirmó que “hay una crisis de sucesión” dentro de la dictadura Ortega-Murillo, debido a la falta de un liderazgo en Rosario Murillo o alguno de sus hijos.

Barberena hizo referencia a las declaraciones del general (r) Humberto Ortega al medio argentino Infobae, en las que afirma que el poder dictatorial de su hermano Daniel Ortega “no tiene sucesores” dentro de su familia y el sandinismo y que “tras su muerte deberá haber elecciones” en Nicaragua.

Para mí lo realmente relevante es la crisis de sucesión que hay en la dictadura Ortega Murillo, que la toca Humberto Ortega y aunque algunos digan de que ‘Rosario Murillo va a asumir el poder y Laureano Ortega va a estar detrás inmediatamente de Rosario Murillo’, eso no quiere decir de que no haya, o no exista una crisis de sucesión. Es decir, el hecho de que asuma el poder como sucesora de Daniel Ortega en la dinastía, Rosario Murillo no quiere decir de que esa sucesión sea crítica”, declaró Barberena a La Mesa Redonda.

El joven opositor destaca que una sucesión debería “superar de alguna manera las crisis, si logra garantizar algún tipo de estabilidad en el tiempo”.

Yo creo en lo que dice Humberto Ortega, estoy de acuerdo que en efecto, no hay otra persona que pueda garantizar eso, que sea similar al liderazgo y al caudal a lo interno desgastado y demás que pueda tener Daniel de Ortega; y dice ‘ni Somoza pudo imponer a su hijo, menos que lo pueda hacer Ortega’”, destacó.

A juicio de Juan Diego Barberena, Humberto Ortega “ningunea” a su cuñada Rosario Murillo, al decir que ni ella podría ser la sucesora de Daniel Ortega.

Él (Humberto Ortega) ya antes habían ninguneado a la Chayo, yo recuerdo una entrevista que le dio al diario EL PAÍS el año pasado, y le preguntaron sobre el rol de Rosario Murillo y él dijo ‘lo que va a pasar en Nicaragua, el determinante va a ser Daniel, él es el líder nadie más’. Pero hoy, ya prácticamente desplaza al resto de potenciales sucesores, hay elementos para concluir que en efecto, hay una crisis de sucesión dentro de la dictadura”, insistió.

Sobre la eventual sucesión de Rosario Murillo, Barberena expresó preocupación por un posible aumento en la represión y la consolidación del poder, además resalta la falta de experiencia política y liderazgo de los posibles sucesores.

Asimismo, advierte que “el aumento desmedido de los controles totalitarios” en las diferentes instituciones del Estado y “todos los cambios” son elementos que están “encaminados a garantizar la sucesión sin una mínima posibilidad de reacción adversa”.

Están cada vez más confiando en pocas personas, y eso me indica a mí de que la sucesión está en un estado crítico. La capacidad de suceder dentro de la dictadura está un estado crítico en este momento y tampoco están comportándose como un bloque necesariamente monolítico y homogéneo”, añadió.

En el caso de Laureano Ortega, hijo del dictador, Barberena subraya su ineficacia, falta de trayectoria y experiencia política, y liderazgo. “Tampoco tienen esa capacidad de la madre de imponerse a sangre y fuego”, zanjó.

Además, Barberena compartió su escepticismo sobre la idea de que el Ejército se haga cargo de la transición, como sugiere Humberto Ortega, señalando que la institución militar debe ser un factor para la transición democrática, pero no en el sentido de una toma de poder directa.

 “Sí, yo creo todavía, el Ejército –no en la comandancia, no en el círculo de poder– puede ser y tiene que ser un factor para la transición democrática y va a tener que jugar un rol”, apuntó.

“Operación quirúrgica” es inviable

Barberena también ofreció sus reflexiones sobre los escenarios planteados por el general (r) Humberto Ortega para salir de la crisis sociopolítica en Nicaragua, y señaló que los comentarios del exjefe del Ejército reflejan las deficiencias de la clase política en Nicaragua.

En ese sentido estacó que, aunque Humberto Ortega planteó la posibilidad de una “operación quirúrgica” para resolver la situación, este escenario parece “inviable” debido a la complejidad geopolítica de la región y los movimientos estratégicos actuales.

Mi lectura de dos de las cosas que dice Humberto Ortega en esta entrevista. Uno, el tema de la operación quirúrgica que él hace la metáfora de la cirugía dental, yo al menos en este momento no lo veo posible, es inviable por varias razones, porque la política exterior norteamericana en la región, su último operativo de ese tipo fue precisamente el que hace referencia en la entrevista, que es el de Noriega en Panamá”, expuso.

Dos, porque en este momento creo que hay una serie de acuerdos y movimientos entre actores geoestratégicos que no necesariamente están incorporando hoy a Nicaragua, sino que más bien están pretendiendo como el tema de Nicaragua pueda derivarse a una solución en virtud de –por ejemplo– lo que puede suceder dentro de casi dos meses en Venezuela, que son elecciones”, añadió.

Para Barberena este planteamiento de Humberto Ortega “fue como un tiro al aire” que puede ser interpretado por la dictadura como una “incitación a la invasión y menoscabo a la integridad nacional”.

No hay posibilidad de negociaciones

En cuanto a la posibilidad de negociaciones, Barberena señala que no cree que haya voluntad la dictadura porque “evidentemente no hay un suficiente cambio una correlación de fuerza, en el balance de poder que vaya encaminado a obligarlos a ellos a buscar una solución a esto”.

Yo creo que la responsabilidad de resolver la crisis de Nicaragua es de nosotros los opositores y opositoras, y también evidentemente el grupo que está detentando el poder político en Nicaragua”, dijo.

No obstante, enfatizó en la importancia de evitar un “pacto de impunidad” con el régimen y asegurar un proceso de rendición de cuentas una vez que se haya logrado la transición democrática.

Yo sé que esto es bien complejo, algunos hemos dicho ‘la salida de Nicaragua tiene que partir por una negociación’ que de paso a unas elecciones transparentes, observadas, competitivas, y con capacidad de vigencia de los derechos fundamentales. En lo que no estoy de acuerdo es que esa negociación dé al traste a un pacto de impunidad que es lo que sugiere Humberto Ortega”, expresó.

Barberena recalcó que debe haber un proceso de rendición de cuentas en Nicaragua, una vez esté encausada la transición a la democracia.

“Construir una alternativa política”

Barberena concluyó destacando la responsabilidad de la oposición en resolver la crisis en Nicaragua, instando a “construir una alternativa política sólida” que pueda liderar una transición democrática en el país.

Resaltó la importancia de que la oposición se convierta en un interlocutor legítimo y viable para el pueblo nicaragüense, capaz de proponer una ruta clara hacia un futuro democrático y justo.

Lo que nos resta es tener claro de que necesitamos crear una alternativa política por si se manifiesta un hecho imponderable, que puede ser que Daniel Ortega se muera, que puede ser que Daniel Ortega se manifieste incapaz para continuar gobernando, y que puede ser incluso las contradicciones que afloren al momento del intento de materializar la sucesión dinástica”, comentó.

Nos corresponde a nosotros convertirnos en un interlocutor legítimo, como un interlocutor viable, pero como un interlocutor que tenga capacidad de proponer y de decirle a la gente qué es lo que vamos a transformar una vez la dictadura se vaya del Poder, y a además cuál es la ruta de transición que estamos proponiendo”, concluyó.