Según don Pablo Antonio Cuadra (PAC), los cuentos del coyote (canis latrans), son de origen nicaragüense precolombino, sin embargo, el origen de los personajes es del Norte, “nuestros pueblos indígenas hicieron su entrada por el Norte”, afirma PAC. Pero con el tiempo, la divinidad y la magia atribuida el cánido animal se fue transformando bajo la influencia de la Colonia, perdiendo sus atributos sobrenaturales, llevándolo a un plano de realismo más cercano a la humanización y a las condiciones propias de la época; de ello deriva la amplia gama de aventuras atribuidas al Tío Coyote y su par, el Tío Conejo.
Pero esa tradición vernácula del coyote y sus aventuras se ha perdido en la maraña de la modernidad, no así el término “coyote”, que sigue siendo de actualidad permanente en el lenguaje nicaragüense, aunque vinculado a las artimañas del animal en mención, como la relatada por PAC cuando afirma que los coyotes, “con frecuencia siguen al tigre a varios metros de distancia, sin dejarse sentir, y cuando éste oculta -después de comer- los restos de su presa entre hojas y malezas, ellos la descubren y comen sin ningún costo”.
Hoy estamos bajo el control del coyote presidente, y es que el perfil del dictador encaja matemáticamente con el coyote “actualizado”, no fue guerrillero y “coyoteó” el grado de comandante, se hizo pasar por bobo y “coyoteó” la presidencia, el control del partido, los cuerpos represivos y todo cuanto significara control del país; creó su propia manada y con toda clase de ardides se magnificó en atributos, logrando reclutar y poner a su servicio a votantes, empresarios, gobiernos y organismos internacionales.
El coyote presidente ha sido descubierto, sino por todos, por una amplia mayoría que han sido víctimas directas de sus desmanes, los expulsados a tierras lejanas que le sostienen con sus remesas, los servidores públicos que sólo les queda rendir pleitesía ante su prepotencia, los policías y soldados que deben obedecer ciegamente sus órdenes, los contribuyentes obligados a pagar una carga impositiva abusiva, y todo ciudadano acechado por espías a la espera de un viso de protesta para ser conducido a prisión. También es el coyote internacional que trafica personas, drogas, oro, maderas preciosas y todo cuanto sea posible para seguir acumulando riquezas. Sólo nos queda esperar, que el coyote presidente alcance su ocaso, evocando la poesía de don Pablo Antonio Cuadra en su, “Monólogo triste del Coyote-solo”:
“Fue la Luna mi amargura,
el engaño lunar mi desatino,
y siempre en mi camino,
su luz perturbadora
ha dado muerte a mi suerte y mi destino”
Ezequiel Molina
Junio 5, 2024.