Un grupo de religiosos nicaragüenses en la clandestinidad, llamaron “Judas” al cardenal Leopoldo Brenes y al obispo René Sándigo, por “traicionar al pueblo crucificado” de Nicaragua y por su cercanía con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En una carta pública, los religiosos –cuya identidad no es revelada- señalan que “el pueblo oprimido de Nicaragua vive su Viacrucis en esta Semana Santa” donde “no se es permitido que la gente celebre como es tradición” debido a la prohibición de las procesiones católicas en el país.
“A la dictadura Ortega-Murillo le decimos que, ninguna doctrina política puede sustituir al Evangelio, así como tampoco ningún líder político puede dárselas de Mesías redentor. Solo el Evangelio salva al mundo. La represión, el espionaje y la persecución de la que somos víctimas nos reafirma que Jesús y su Evangelio no son políticamente neutros. La Iglesia, tiene un rol determinante en la denuncia social; y lo ha demostrado desde el estallido de la crisis hace seis años, su voz autorizada y su capacidad de llegar a miles que ven un ente iluminador y directivo, significa para la Iglesia, una verdadera responsabilidad y compromiso para con la sociedad a la que sirve”, reza la carta.
En ese sentido, los religiosos añaden que esa responsabilidad “no es asumida por la jerarquía en su totalidad, como el caso del arzobispo Brenes y el Obispo Sandigo, dos señores que, como judas, traicionan al pueblo crucificado de múltiples formas”.
“Desde este grupo de Religiosos Nicaragüenses en Resistencia en la Clandestinidad rechazamos categóricamente la cercanía del Cardenal Brenes con la Vice dictadora Rosario Murillo, persona encargada de perseguir al clero y a la vida religiosa, así como al pueblo de Nicaragua, cercanía que fue puesta en manifiesto en la ocasión del cumpleaños del señor arzobispo”, criticaron.
En efecto, el 7 de marzo, la vicedictadora Rosario Murillo saludó al cardenal Leopoldo Brenes –a quien llamó “Polito” – por su cumpleaños número 75, y reveló un acuerdo para una “pastoral consecuente” en Nicaragua, donde según ella, ya no habrá “cristales rotos”.
RESISTENCIA EVANGÉLICA
Los religiosos expresaron que se mantienen “en una posición de resistencia evangélica más fuerte que nunca”.
“Históricamente, dictaduras nicaragüenses–¡hemos tenido bastante!—se fortalecen a través de pactos con los ‘de arriba’. El fin de dictaduras siempre es el resultado de la resistencia del pueblo ‘de abajo’”, anotaron.
“Durante estos meses en la clandestinidad, rodeadas y rodeados por ustedes, el Pueblo de Dios, hemos adoptado como nuestra consigna colectiva palabras de nuestras hermanas Madres de Abril y de nuestros hermanos jesuitas: ‘En todo amar y servir y NO OLVIDAR’. La dictadura y otras cúpulas—los “de arriba”—de este mundo quieren olvidar y hacernos olvidar de los crímenes de lesa humanidad de este régimen tan corrupto, violento, y brutal: más que 700 asesinados y desaparecidos; más que 800,000 exiliados; más que 800 presos y presas políticas, de los cuales 120 siguen encarcelados; más que 300 desterrados y desterradas. Estas víctimas—y sus familiares—nos animan—¡y obligan! —a profundizar nuestra lucha para conseguir lo único que va a traer paz duradera a nuestra patria: JUSTICIA”, dice la misiva.
Los religiosos hacen un llamado a las comunidades y grupos de nicaragüenses en todo el mundo a que “articulemos espacios de resistencia”.
Finalmente, saludaron a los sacerdotes y religiosos en Costa Rica, por “visibilizar las violaciones a los Derechos Humanos a los que se ha sometido al pueblo de Nicaragua”.