Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, médico epidemiólogo

La soledad es una experiencia emocional que puede afectar a cualquier persona en diversos momentos de la vida, no solo es una sensación de aislamiento social, sino que también puede tener importantes repercusiones en la salud física y mental.

La soledad prolongada está asociada con un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales como la ansiedad y depresión. La falta de interacción social puede intensificar sentimientos de tristeza, desesperanza y vacío, deteriorando la calidad de vida, como por ejemplo el insomnio o sueño fragmentado, que aumenta el estrés, causando inflamación interna en el cuerpo, debilitando el sistema inmunológico y aumentando el riesgo de enfermedades inflamatorias, como la artritis y ciertas enfermedades cardiovasculares, aumento de la frecuencia cardíaca, hipertensión, e incremento de hábitos de vida menos saludables, por lo que la probabilidad de morir prematuramente es mayor comparada con aquellas personas que mantienen conexiones sociales significativas.

La soledad, activa el sistema de respuesta al estrés, incrementando la producción de hormonas, como el cortisol, disminuyendo la capacidad del cuerpo para producir anticuerpos y combatir patógenos, y reduciendo la serotonina y la dopamina afectando el estado de ánimo y el bienestar general, te vuelves más vulnerable a enfermedades cardíacas y Diabetes.

Dentro de las estrategias para combatir la soledad está participar en actividades grupales, como clubes, clases o grupos comunitarios, que puede ayudar a construir relaciones sociales. Se debe hacer un esfuerzo consciente para mantener el contacto con amigos y familiares, ya sea a través de llamadas telefónicas, mensajes o encuentros presenciales.

El autocuidado puede incluir ejercicio regular, hobbies o pasatiempos, y técnicas de relajación que ayuden a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. La clave es encontrar actividades que realmente te interesen, disfrutes y te haga sentir mejor contigo mismo y que las conexiones con otras personas sean más significativas.

El ejercicio también tiene efectos positivos sobre el sistema inmunológico y el sueño.  Mantén una rutina diaria que incluya hábitos saludables como una dieta equilibrada, suficiente descanso y tiempo para el ocio, explorar nuevas actividades y aprender algo nuevo. Es importante establecer metas claras y un sentido de propósito, que te motive y te direccione. Aprende a disfrutar de tu propia compañía y a valorarte a vos mismo

El acto de ayudar a los demás o el voluntariado puede proporcionar un sentido de propósito y satisfacción. Si la soledad se vuelve abrumadora o afecta significativamente tu bienestar, considera hablar con un profesional de la salud mental.

Por último, la soledad puede ser percibida tanto como una carga o como una oportunidad para el crecimiento personal y ofrece un espacio único para la reflexión y el autoconocimiento o entenderse uno mismo, a través de examinar tus emociones y valores con mayor profundidad, así como aprender y practicar habilidades de afrontamiento, como la resolución de problemas y la regulación emocional,

Superar la soledad implica una combinación de estrategias que incluyen fortalecer conexiones sociales, cuidar la salud mental y física, y trabajar en el desarrollo personal. La clave está en tomar medidas proactivas para conectarte con los demás y contigo mismo, abordando tanto las causas de la soledad como los efectos que esta puede tener en tu vida.