Nacionales · 10/04/2024

De “Honor, seguridad y servicio” a una Policía adoctrinada por Daniel Ortega

Desde que Daniel Ortega retornó al poder en 2007 empezó un proceso de adoctrinamiento a los miembros de la Policía y del Ejército de Nicaragua como un factor de sostenimiento de su dictadura en el país centroamericano.

Para llegar al control absoluto de las fuerzas armadas, Ortega otorgó prebendas a los principales jefes policiales y militares para obtener su lealtad y sumisión. Luego reformó las leyes que establecían los procedimientos de mecanismos y procedimientos de sucesión de mandos.

En ambas instituciones la desnaturalización es total. Lejos quedó el lema de la Policía: “Honor, seguridad y servicio”. Ahora es uno de los brazos armados al servicio de la familia Ortega-Murillo. Tanto así que desde el 5 de julio, la Policía dejó de ser  “profesional, apolítica, apartidista, obediente y no deliberante”, mediante una reforma a la Constitución y la Ley orgánica de esta.

En el caso del Ejército, su jefe, el General Julio César Avilés, le ha jurado “lealtad” a Ortega en varios discursos públicos.

DESTRUCCIÓN DE LA POLICÍA

La Policía de Nicaragua pasó a ser un cuerpo de guardia personal del dictador Daniel Ortega y de su familia. Pero la destrucción de esta institución se originó cuando Aminta Granera era la jefa policial y luego le tocó el turno de “mando” a Francisco Díaz, quien además es consuegro de Ortega y Murillo. Su hija Blanca está casada con Maurice, hijo de los dictadores.

Según una publicación de la revista Envío en noviembre de 2018, la salida de la Jefatura de la Policía de la Primera Comisionada Aminta Granera no fue un acontecimiento digno, todo lo contrario. Después de casi 13 años al mando de esa institución, y en medio de la brutal represión que causó centenares de muertos desde el 18 de abril, el régimen de Daniel Ortega decidió sustituirla por Francisco Díaz.

Granera “salió por la puerta trasera”, contrastando los primeros lugares de popularidad que alguna vez conquistó en las encuestas. La publicación señala que la exjefa policial pasó por dos retos cuando asumió el mando de la Policía en septiembre de 2006.

Primero que todo, Granera no fue destituida, ella renunció. Y eso no sucedió el 31 de julio, cuando Ortega emitió el decreto presidencial 113 A-2018, que estipula esa fecha como el fin oficial de la carrera de la entonces Primera Comisionada. No fue en esa fecha que ella dejó la Policía, asegura Envío.

Ese decreto fue publicado en el diario oficial La Gaceta hasta el 23 de agosto, cuatro meses y tres días después que ella decidiera presentar su renuncia a Ortega, de acuerdo a diversas fuentes policiales. 

Según esas fuentes, Granera le comunicó su decisión a Ortega, su Jefe Supremo según la ley, el 20 de abril, el mismo día en que la represión estatal cobraba ya las primeras víctimas mortales, entre las que destacó la del adolescente Álvaro Conrado.

Según esas fuentes, Aminta Granera no estuvo de acuerdo con que Ortega la usara después como “chivo expiatorio” y se le achacara a su mando la gran cantidad de muertos que ya se preveía causaría la represión policial y paramilitar contra el pueblo, alzado en protestas masivas.

El 5 de julio, se anunciaba a través de La Gaceta que Francisco Díaz asumía el mando de la Policía tras “el retiro” de Granera. En esas mismas fechas Ortega también nombró como Subdirectores Generales de la Policía, a los Comisionados Generales Adolfo José Marenco Corea y Ramón Avellán Medal.

Francisco Díaz está sancionado por Estados Unidos y la Unión Europea por dirigir la represión de la Policía a las manifestaciones sociales que estallaron en abril del 2018, porque se cometieron delitos de lesa humanidad según Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Lealtad policial a Ortega y Murillo

El 31 de agosto pasado, la Policía, fundada hace 44 años como “Policía Sandinista” reiteró su “lealtad” a Ortega, al señalar a través de un informe que “lo primordial es dejar claro que los logros y avances en materia de seguridad pertenecen a nuestro buen Gobierno, dirigido sabiamente por nuestro comandante Daniel Ortega y nuestra compañera Rosario Murillo”.

“Existen todavía, con mucho orgullo, 48 fundadores (12 mujeres y 36 hombres), que continúan trabajando en servicio de la comunidad como el primer día… y con la misma convicción de lealtad hacia nuestra Jefatura Suprema; Comandante Daniel Ortega Saavedra”, señaló la Policía que subrayó su “sólida ideología revolucionaria”.

La evidencia del adoctrinamiento policial, también se demuestra con lo ocurrido el 23 de diciembre de 2019, cuando el comisionado general Marvin Castro, jefe de la delegación departamental de Jinotega dijo a los oficiales: “¡Somos policía revolucionaria! ¡Policía Sandinista! Así que, les guste o no les guste”.

El comisionado general Luis Barrantes, exjefe de la delegación de la ciudad de Masaya, también se sumó en julio de 2019 a expresarle fidelidad a Ortega. “¡Patria libre o morir! ¡Viva el comandante Daniel! ¡Viva la compañera Rosario!”, gritó Barrantes, mientras los demás oficiales le contestan: ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!, en el video compartido en redes sociales.

Tampoco hay que olvidar, cuando el Comisionado Ramón Avellán bailó “el comandante se queda” en Masaya, durante el mes de agosto de 2018.

En julio de 2018, circuló en redes sociales un video del entrenamiento a los oficiales de Policía en la Academia, que muestra las consignas con las que se forman: ¡Aquí presente, activo y combatiente, luchamos con el frente y el pueblo presidente!

Reforma a la constitución y Ley de la Policía

El de 5 de julio pasado, los 91 diputados de facto en la Asamblea Nacional, aprobaron la reforma a la Constitución y la Ley orgánica de la Policía, que eliminó la naturaleza “profesional, apolítica, apartidista, obediente y no deliberante” de esa institución, y se ofrece cárcel a los oficiales desertores y desobedientes.

Los diputados orteguistas y sus aliados reformaron el artículo 97 de la Constitución, el cual establece el marco legal de las fuerzas de seguridad. Esta elimina el principio de que la institución es un cuerpo armado “profesional, apolítico, apartidista, obediente y no deliberante”, así como “de naturaleza civil”.

Además, subordina la Policía al dictador Daniel Ortega.

Antes la Constitución, señalaba que la Policía se regía “en estricto apego a la Constitución Política, a la que guardará respeto y obediencia” y que “estará sometida a la autoridad civil que será ejercida por el Presidente de la República a través del ministerio correspondiente”.

La Policía Nacional depende de la autoridad ejercida por el Presidente de la República, en su carácter de Jefe Supremo y en estricto apego a la Constitución Política a la que guardará respeto y obediencia”, señala la reforma.

Castigo a policías desertores

También se reformó la Ley de Organización, Funciones, Carrera y Régimen Especial de Seguridad Social de la Policía Nacional, en la que incluye tres nuevos artículos para castigar a los oficiales desertores y desobedientes.

Sobre la deserción, la reforma establece que “el personal policial que abandone el servicio, lo que se considera deserción, incurriendo en un perjuicio grave a la seguridad ciudadana, será sancionado con una pena de dos a tres años de prisión”.

En cuanto al incumplimiento de deberes, la reforma establece que “el personal policial que sin causa justificada desobedezca las órdenes de sus superiores, en perjuicio de la seguridad ciudadana, será sancionado con una pena de seis meses a dos años de prisión”.

Estas reformas surgieron luego que se conociera sobre la deserción de la subcomisionada María de Jesús Guzmán Gutiérrez, jefa policial en el departamento de Matagalpa, quien huyó hacia Estados Unidos.

Experta: Policía se convirtió en “un cuerpo militarizado”

La socióloga nicaragüense Elvira Cuadra, directora del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM) dijo que las reformas a la Constitución Política de Nicaragua y a la Ley de la Policía, convierte a esta institución en “un cuerpo militarizado”, lo que entraría en “choque con la existencia y la función del Ejército”.

Es una diferencia significativa porque lo convierte en un aparato militar. No lo pone en esos términos porque la misma Constitución dice que el Ejército es la institución armada y entraría en choque con la existencia y la función del Ejército y su naturaleza de defensa”, dijo Cuadra en entrevista con La Mesa Redonda el 5 de julio pasado.

Están convirtiendo a la Policía en un cuerpo militarizado, subordinado a Daniel Ortega”, aseveró.

Cuadra señaló que desde 2021, el régimen ha experimentado “un proceso de erosión acelerado de su base de apoyo político, particularmente empleados públicos”, y que este “desgrane” se ve sobre todo en el Poder Judicial y la Policía.

Son bastante conocidos en las redes sociales los casos de policías y funcionarios del Poder Judicial que han aprovechado hasta la mínima oportunidad para salir de Nicaragua e irse incluso a Estados Unidos”, comentó.

A juicio de la experta los artículos incorporados a la Ley 872 son para “amenazar” a los oficiales. “Son una amenaza para todos aquellos policías que primero que se nieguen a cumplir las órdenes de sus superiores particularmente cuando contravienen principios o derechos fundamentales ciudadanos o derechos humanos”, recalcó.

“Y en segundo lugar, las deserciones porque realmente ha habido una fuga y ellos quieren mantener la misma cantidad de efectivos policiales”, agregó Cuadra.

El 8 de julio de este año, La Mesa Redonda supo que más de 30 policías fueron detenidos en la estación policial del Distrito III en Managua, tras la aprobación de la reforma que establece cárcel para los oficiales desertores y desobedientes al régimen de Daniel Ortega.

Pruebas de lealtad en la revista “visión policial”

El adoctrinamiento en la Policía es aceptado y mostrado públicamente en la revista “Visión Policial” cuyas publicaciones revelan la lealtad a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Por ejemplo, en la edición 175 de junio de 2023, la Policía tiene como portada principal a los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo –lo que también revela el culto a la personalidad a la pareja–. Más adelante reza: “A 44 años, nuestro compromiso con nuestro pueblo continúa inquebrantable, seguiremos defendiendo las conquistas de nuestra Revolución Popular Sandinista, seguiremos siendo fieles al legado de nuestros Héroes y Mártires, de nuestros compañeros caídos en el cumplimiento de su deber y de nuestros Héroes de la Paz y la Seguridad”.

En la edición 148 de agosto de 2018, la publicación reza: “Con paso firme, confianza y la esperanza de que el sol brilla para los nicaragüenses, las familias van retornando a su vida cotidiana con normalidad y plena libertad, luego de vivir semanas de zozobra y violencia al encontrarse secuestradas por grupos criminales y terroristas que pretendían desestabilizar el ambiente de seguridad, paz y tranquilidad que por más de 11 años impulsó nuestro buen Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional”.

La revista policial 151 de diciembre de 2018, destaca un discurso del director de la Policía, Francisco Díaz a los dictadores: “Con estos 24 nuevos Oficiales le decimos a nuestro pueblo, y a Usted Comandante Daniel, y Compañera Rosario: Aquí está su Policía, firme, fuerte, unida, dispuesta a seguir trabajando por la paz, la seguridad, la convivencia pacífica y la protección del legítimo orden constitucional establecido”.

Policía sancionada

El 5 de marzo de 2020, el departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la Policía Orteguista, así como a los comisionados generales Luis Alberto Pérez Olivas, Justo Pastor Urbina y Juan Alberto Valle Valle.

De acuerdo al Departamento del Tesoro, la sanción a la Policía es debido a “su papel en el abuso grave de los derechos humanos en Nicaragua”, frente a las manifestaciones contra el régimen de Daniel Ortega que comenzaron el 18 de abril de 2018. 

Según el texto, la Policía “es responsable del uso de munición real contra manifestantes pacíficos y de participar en escuadrones de la muerte, así como de llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y secuestros”.

El régimen de Ortega ha utilizado a la Policía Nacional de Nicaragua como una herramienta en su campaña de represión violenta contra el pueblo nicaragüense”, dijo el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, citado en la nota.

Adoctrinamiento a cargo de cubanos, revela expolicía

La Mesa Redonda habló con un expolicía, que actualmente se encuentra exiliado por temor a su integridad personal. Él contó que “profesores cubanos” son los que imparten cursos antidisturbios con un adoctrinamiento “revolucionario” y “anti yanquis”.

“Entré en la Policía en el 2012 y fue un curso técnico de 11 meses y luego me especialicé en la DOEP con el curso Antidisturbios, impartido por profesores cubanos. Cuando me refiero a instructores cubanos, fue que me fui a especializar a Cuba seis meses a pasar el curso Antidisturbios para luego venirlo a impartir aquí a Nicaragua”, relató.

Ellos hablaban de una revolución amarilla que se podían dar en los países. Ellos decían que la derecha venía planeando esa revolución amarilla, que nunca supe el significado. Ellos siempre nos señalaron que fuéramos para adelante y nunca hacia atrás; y que si era posible poner el pecho por defender la soberanía de Nicaragua o de invasores yanquis, pues esa era la estrategia. Con esa filosofía nos entrenaron a nosotros”, continuó.

El expolicía afirmó que los policías durante ese adoctrinamiento están “cegados”.

No opinábamos nada porque pensábamos que las cosas eran a como ellos nos lo decían. No había comentarios negativos con respecto a esa adoctrinación que a nosotros nos metieron”, comentó.

“Ese adoctrinamiento es algo ilógico, (es) para defender a los tiranos y no defender la soberanía de un país o no estar a lo que el pueblo mande, y nosotros tenemos que regir al pueblo. Cuando eso pasa es cuando uno abre los ojos y se tiene que hacer al lado del pueblo y no estar sirviéndole a una pareja de tiranos”, añadió.

El expolicía manifestó que ingresó a la institución por “vocación de servicio al pueblo” cuando esta “tenía prestigio”.

Ejército “leal” a Ortega

En el caso del Ejército, el 4 de septiembre pasado, el general Julio César Avilés, se lanzó contra periodistas independientes a quienes llamó “mercenarios y vividores de la información”, y acusó de una supuesta campaña en contra de la institución militar. 

Avilés aprovechó el acto del 44 aniversario de constitución del Ejército de Nicaragua, declarando que “sus mentiras y calumnias jamás nos van a descohesionar, jamás nos van a dividir y jamás nos van a confundir”.

El 22 de mayo de 2020, Estados Unidos sancionó al general Julio César Avilés por ser uno de los facilitadores clave del mal gobierno de Ortega y que cometen graves abusos contra los derechos humanos y buscan silenciar las voces prodemocráticas en Nicaragua”.   

Estados Unidos acusó a Avilés por su “significativo apoyo a la represión y desmantelamiento de las instituciones democráticas por parte del régimen de Ortega”. 

Avilés es el Comandante en Jefe del Ejército de Nicaragua, que brindó apoyo a la policía y las pandillas paramilitares que cometieron crímenes contra el pueblo nicaragüense, incluidos ataques contra manifestantes durante las movilizaciones que comenzaron en abril de 2018”, apuntó.

En un video de 50 segundos publicado en la cuenta de X de la exguerrillera Dora María Téllez, esta denunció que soldados responden a las consignas orteguistas en las maniobras del Papalonal, León.

¡Somos Daniel, constructores de la paz! En este 2021, a 42 años, seguiremos defendiendo nuestro derecho a la revolución con el comandante Daniel y la compañera Rosario Murillo. ¡Leales siempre!, ¡Traidores nunca!, ¡Por esos muertos, juramos defender la revolución!, ¡Viva el comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo!”, gritan los militares.